¿Qué será?, he pensado. La tristeza te alcanza por tantos motivos que era imposible adivinar cuál de todos podría ser el suyo, pero ella seguía aferrándose a la camarera, descargando en ese abrazo parte de su pena.
Entonces me he dado cuenta de que, aunque no lo parezca, entre villancico y villancico también hay personas que sufren en estas fechas. Hay quienes en lugar de compartir la ilusión de jugar a la lotería, lo que comparten son cartones para no morir de frío durmiendo en las calles. Hay ancianos que cenan solos, porque no tienen a nadie con quien compartir su cena. Hay corazones rotos, familias desestructuradas, amigos enfadados y hermanos que se odian. Hay miles de historias que no se ven en los “stories” de Instagram, pero que también están ahí, que también son parte de la Navidad.
Elena Martín López