"Cuando se ama no tenemos ninguna necesidad de entender lo que sucede, porque todo pasa a suceder dentro de nosotros"
(Paulo Coehlo)
Con la “a” comienza todo. La palabra amar, por ejemplo. Un concepto que definirá nuestras vidas en más de una ocasión y que adquiere multitud de significados. Amar es algo más que un sentimiento, es una fuerza sobrenatural que mueve montañas, y nos empuja a hacer cosas que jamás imaginaríamos.
Ciertamente, es un deporte de riesgo, que cuanto más lo practicamos, mejor lo dominamos. Amar es sinónimo de querer, demostrar, necesitar, confiar en alguien. Es dejar atrás los miedos e inseguridades y mostrar nuestra faceta más aventurera. Es cobijarse en los brazos de otra persona y sentirlos como tu propio hogar. Amar es tener mariposas en el estómago y comportarse como un loco en un mundo de cuerdos.
(Paulo Coehlo)
Con la “a” comienza todo. La palabra amar, por ejemplo. Un concepto que definirá nuestras vidas en más de una ocasión y que adquiere multitud de significados. Amar es algo más que un sentimiento, es una fuerza sobrenatural que mueve montañas, y nos empuja a hacer cosas que jamás imaginaríamos.
Ciertamente, es un deporte de riesgo, que cuanto más lo practicamos, mejor lo dominamos. Amar es sinónimo de querer, demostrar, necesitar, confiar en alguien. Es dejar atrás los miedos e inseguridades y mostrar nuestra faceta más aventurera. Es cobijarse en los brazos de otra persona y sentirlos como tu propio hogar. Amar es tener mariposas en el estómago y comportarse como un loco en un mundo de cuerdos.
Amar es un arte, y el arte lo cambia todo. Por eso, debemos estar expuestos a unos cambios y dispuestos a afrontarlos. Cambios que pueden perjudicarnos o no, pero que siempre nos harán crecer.
Pues amar es aprender, sobre todo eso. Es no saber que decir en algunos momentos y decir más de la cuenta, en otros. Es romper las reglas y los valores establecidos.
Dicen que el amor no tiene cura. Sin embargo, es la mejor dosis contra cualquier enfermedad. Es la medicina perfecta y no requiere de una dosis muy grande para hacer efecto.
Pues amar es aprender, sobre todo eso. Es no saber que decir en algunos momentos y decir más de la cuenta, en otros. Es romper las reglas y los valores establecidos.
Dicen que el amor no tiene cura. Sin embargo, es la mejor dosis contra cualquier enfermedad. Es la medicina perfecta y no requiere de una dosis muy grande para hacer efecto.
El amor es un juego, y como tal, tiene sus propias reglas. Es algo parecido a una fórmula matemática, en la que muchas veces es difícil encontrar una ecuación que resuelva el problema. Pero, cómo nos gusta complicarnos.
El amor no tiene edad, ni siquiera precio. Podemos amar a cualquier persona y en cualquier circunstancia, incluso hacerlo sin apenas ser conscientes. Muchas veces nos damos cuenta de que amamos a alguien cuando ya es demasiado tarde, y pisaron el acelerador mucho antes de que pudieramos pedirles que dieran marcha atrás. Es como una frase que queda grabada a fuego en lo más profundo de nuestro ser. Porque también es recordar, volver atrás en el tiempo, a los momentos que un día te hicieron temblar.
Es arriesgarse; embarcarse en una historia, sin un final definido. A veces caemos en errores. Otras, simplemente damos un par de pasos atrás cuando no estamos seguros de haber escogido el camino correcto. Es un quizá y un tal vez. Es un siempre y un jamás.
Amar es sufrir y disfrutar, las dos al mismo tiempo. En la vida aprendemos que el amor es cantidad de cosas y en contadas ocasiones se expresa con frases que se arrojan al fuego, con un “Te quiero”. Es muy importante que amemos y que lo digamos muchas veces, sobre todo si es real, pero lo más importante es saber amar, pues no solo se dice, también se hace y se demuestra día a día. Por eso, amemos.
C.M.
C.M.