"El amor de una madre es el combustible que hace que un ser humano logre lo imposible" (Anónimo)
Sé que tienes la costumbre de leerme por encima todas las mañanas, de revisar mis líneas a lo largo del día y de indagar un poco más a fondo de vez en cuando para ver si encuentras algún error que me puedas corregir. Siempre dices que soy como un libro abierto, y aunque odio que seas tan buena lectora, en el fondo eres la única capaz de no cansarse nunca de reorganizar mis ideas. Hoy, sin embargo, me he escrito dos palabras en la frente para que además de llegarte a los ojos, se queden a vivir en tu corazón: TE QUIERO.
Te quiero desde que te conozco, y desde que tú me conoces a mí, que fue mucho antes. Desde que era un pequeño ovillo dentro de tu vientre, desde que nací y desde que te llamé “mamá” por primera vez. Te quiero desde el momento en el que me rodeaste con tus brazos de algodón y me susurraste al oído: “Eres lo mejor que me ha pasado en la vida”, acercándome tanto a ti que se nos podría haber confundido con una misma persona. Te quiero desde que me sonreíste y supe que jamás podría olvidar esa sonrisa, desde que me levanto por la mañana hasta que me acuesto por las noches y cada vez que hablo contigo, te pienso o te recuerdo. Pero te quiero más aún desde que me hiciste mi primer regalo: TÚ.
A veces el amor es incomprensible y no sabemos explicar qué nos hace sentirlo, pero yo te quiero y puedo darte miles de porqués. Te quiero porque siempre estás ahí cuando te necesito, por tu paciencia y por ir siempre a mi lado allanándome el camino. Porque eres una de las personas más fuertes que conozco, la que más cosas puede hacer a la vez y la que mejores consejos da. Te quiero porque eres mi mayor heroína, aunque no tengas super poderes, y porque eres mi madre, pero también una gran madre. Te quiero porque no existe nadie más como tú, ni nadie más que sea como tú eres conmigo, y porque no conozco mayor tesoro que tenerte a mi lado cada día.
Te quise ayer que no era el Día de la Madre, te quiero hoy que lo es y te escribo esto, y te querré mañana cuando ya lo hayas leído y releído tantas veces que te lo hayas aprendido de memoria. Porque te voy a querer siempre, para que no lo olvides nunca.
Te quiero mamá.
E.M.
Te quiero mamá.
E.M.